EMILIO LLEDÓ

EMILIO LLEDÓ

Nacido en Sevilla y criado en Madrid, nos referimos y dedicamos este post al brillante filósofo Emilio Lledó, cuyo trabajo de la interpretación de las fuentes filosóficas resulta muy valioso para entender nuestra historia y nuestra sociedad actual.

Emilio Lledó cita a su maestro Francisco como la gran influencia para querer progresar en la vida, muy a pesar de la situación de miseria y penurias forzada por la Guerra Civil española, que vivió. Su bagaje académico incluye la licenciatura en la Universidad de Madrid, desde donde partió hacia Alemania para huir de la situación de posguerra y poder formarse en filosofía clásica con grandes maestros germanos.

Su trabajo como investigador le ha reportado reconocimientos y puestos como la membresía del Instituto para Estudios Avanzados de Berlín, sus trabajos en la Universidad Libre de aquella ciudad alemana, en la UNED española y como miembro activo de la Real Academia Española de la Lengua, entre otros.

Emilio Lledó entiende la filosofía, el pensamiento y el lenguaje como las maneras de asentarnos en sociedad o en la naturaleza, las formas de estar en el mundo. Así, la historia de la filosofía equivale a nuestra memoria histórica, necesaria para comprendernos como seres humanos y sociales. En sus libros (como ejemplos: “Filosofía y lenguaje”, “El silencio de la escritura”, “Elogio de la infelicidad” y “La filosofía, hoy”) distinguimos sus fuentes: la filosofía griega clásica de los platónicos y aristotélicos, el pensamiento de posguerra y hermenéutica, o voluntad de interpretar y divulgar las ideas para su comprensión y puesta en práctica.

Estas grandes influencias se traducen en los siguientes extractos de su obra:

 

El estudio tiene que ser creación de libertad, no de dogmatismo ni de frases hechas. Los conceptos estereotipados, en quien no los reflexiona, producen agresividad. Uno de los frutos que genera la ignorancia cultivada es la violencia.

 

En los textos clásicos griegos de Platón o Aristóteles se definen tres niveles distintos: primero, el cuidado de la mente; segundo, el cuerpo y el tercero, la riqueza, el dinero, los bienes. Una nación, un país, un mundo que interfiere estos tres niveles y pone la economía como el bien supremo es un mundo perdido, aniquilado, sin esperanza. Aunque suene utópico, hay que ir hacia una auténtica regeneración y esa regeneración tiene que empezar en el coco. La verdadera revolución está en la cabeza. No hay peor corrupción que la de la mente; la económica va detrás.

 

La educación es libertad, la educación es posibilidad.

 

Responsabilidad es respuesta de verdad a los problemas.

 

La vida es un camino que se hace al andar yendo por cauces donde sientes una cierta solidaridad con las personas que te acompañan y forman tu tiempo.

 

El principio de las relaciones afectivas tiene que ver con la relación que tenemos con nosotros mismos. Me tengo que mirar en el espejo para reconocer en el amigo a un otro yo [alter ego].

 

Leer es libertad, nos permite salir de nosotros mismos, de nuestro entorno pequeñito, y abrirnos a un universo nuevo.

 

Todos necesitamos un rincón de felicidad, de amistad, de cariño. Eso es tan esencial como comer para los seres humanos, pero hay momentos en los que no podemos regodearnos en la propia felicidad como señoritos satisfechos, momentos en los que se impone luchar por algo que ponga freno a la infelicidad que nos rodea.

 

Para ser felices hay que partir del bienestar, hay que estar bien y para estar bien hay que tener una vivienda, no pasar hambre, tener solucionada la vida del cuerpo, que es lo que realmente somos. Pero después hay que aspirar al “bienser”.

 

Os deseo una feliz e instructiva semana.

 

Álex Rovira

Alex Rovira