CAMBIAR EN UN MINUTO

Muy a menudo, el principal argumento que tenemos para auto-convencernos de que no podemos cambiar de hábitos o de que no podemos incorporar nuevos hábitos saludables en nuestra vida es la falta de tiempo.

Muchas veces, la mayoría, esta afirmación parece fuera de toda duda. Pero en realidad nos sorprendería saber que, por ejemplo, invertir muy poco tiempo al día en hacer algo de deporte, aunque solo sea andar veinte minutos para quien no se mueve apenas de la silla (de casa, del despacho, del coche…) o meditar, aunque solo sea diez minutos, puede suponer un cambio muy significativo en nuestro estado de ánimo y salud, y en consecuencia, podemos generar un impacto también positivo en el estado de ánimo y salud de nuestro entorno.

Hace muchos años que practico la meditación. Por mi propia experiencia es, quizás, junto con la práctica del deporte, la mejor inversión de tiempo en salud que uno puede hacer. Pero cuando hablo con amigos o conocidos sobre las bondades de la meditación y de lo mucho que pueden obtener a cambio de lo poco que les pide, su respuesta sincera es que bien quisieran poder dedicar un tiempo al día a esta práctica pero por la mañana van muy ajetreados, durante el día, más de lo mismo, y por la noche están agotados. No hay opción aparente, entonces.

Mi respuesta habitual es, si no tienes media hora al día, ni veinte minutos, ni un cuarto de hora, ¿tienes dos minutos? Eso es más que suficiente para empezar y para conseguir una mejora significativa en cómo nos sentimos. Un minuto por la mañana y otro por la noche, por ejemplo y para empezar. Y algunos comienzan por ahí, y luego siguen…

Curiosamente, hace pocos días después mi hija mayor, que tiene dieciséis años, me mostró este vídeo realizado por Martin Boroson y que les habían enseñado en la escuela. En él se resume de manera simple, sin pretensiones, pero de forma muy amena cómo podemos comenzar la práctica de la meditación con tan solo un minuto. Por supuesto, debe tomarse como tal, como una invitación a quien desea comenzar la práctica de un tan sano hábito de manera sencilla.

Vale mucho la pena verlo. Y además creo que contiene un poderoso mensaje no explícito: a veces los grandes cambios de nuestra vida pueden comenzar con pequeñísimos pasos, casi imperceptibles, pero que pueden abrirnos la puerta a nuevos horizontes. Deseo, de corazón, que así sea, y que os sea útil y ameno.

Feliz día.

Besos y abrazos,

 

Álex

 

Alex Rovira