UNA BRIZNA DE HIERBA

UNA BRIZNA DE HIERBA

"Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros", así empieza el poema de Walt Whitman que quiero compartir con vosotros

Vista la buena aceptación de la última entrada con el poema «No te detengas» de Walt Whitman, he decidido esta semana compartir otro fragmento de su delicioso libro «Hojas de Hierba«. Publicada en 1885, esta obra fue una verdadera revolución por su forma y fondo, su audacia y honestidad, su estilo valiente, desnudo, sin tabúes, así como su enorme poder inspirador y revelador.

Una obra que cuanto más tiempo pasa más valor cobra porque nos remite a lo esencial, a la tierra, porque contiene la verdad que nace de una voz lúcida que se expresaba sin miedo:

 

«Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena…
y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes…
y que la articulación más pequeña de mi mano es un escarnio para todas las máquinas.

Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas.
Creo en ti alma mía, el otro que soy no debe humillarse ante ti
ni tú debes humillarte ante el otro.
Retoza conmigo sobre la hierba, quita el freno de tu garganta.
[…]

Creo que podría retornar y vivir con los animales, son tan plácidos y autónomos.
Me detengo y los observo largamente.
Ellos no se impacientan, ni se lamentan de su situación.
No lloran sus pecados en la oscuridad del cuarto.
No me fastidian con sus discusiones sobre sus deberes hacia Dios.
Ninguno está descontento. Ninguno padece la manía de poseer objetos.
Ninguno se arrodilla ante otro ni ante los antepasados que vivieron hace milenios.
Ninguno es respetable o desdichado en toda la faz de la tierra.
Así me muestran su relación conmigo y yo la acepto.
[…]

Y tú, mar… También a ti me entrego. Adivino lo que quieres decirme,
Desde la playa veo tus dedos que me invitan,
Y pienso que no quieres marcharte sin haberme besado.
Debemos estar un rato juntos: me desnudo y me llevas muy lejos de la costa,
Arrúllame y durmiendo al vaivén de tus olas,
Salpícame de espuma enamorada, que yo sabré pagarte.
Mar violento, tenaz y embravecido,
Mar de respiros profundos y revueltos,
Mar de la sal de la vida, de sepulcros dispuestos aunque no estén cavados,
Rugiente mar que, a capricho, generas tempestades o calmas,
También soy como tú: con uno y muchos rostros
Partícipe del flujo y del reflujo, cantor soy de los odios y de la dulce paz,
Cantor de los amantes que duermen abrazados.»

 

Os recomiendo con vehemencia su lectura: os sorprenderá, os conmoverá, os provocará, os inspirará.

 

Que tengáis una feliz semana.

 

Besos y abrazos,

 

Álex

 

Alex Rovira