JOSÉ LUIS SAMPEDRO

JOSÉ LUIS SAMPEDRO

Ha muerto José Luis Sampedro. Un referente ético, estético, intelectual. Un bello ser humano. Los medios de comunicación han reeditado estos días algunas entrevistas que había concedido en el pasado. Recuerdo que, hace unos años, un buen amigo, me sugirió la lectura de un libro-entrevista a José Luis escrito por Gloria Palacios. Su título: «José Luis Sampedro. La escritura necesaria». Publicado en la colección de Libros del tiempo (número 81). Editorial Siruela.

He aquí algunos breves fragmentos de esta obra deliciosa, que merece tanto la pena ser leída, ya que nos regala reflexiones valiosísimas por inspiradoras y lúcidas.

  • […] yo intento siempre que mi obra tenga profundidad, alguna capacidad de revelación, tanto para descubrir al lector algo suyo que ignoraba como, sobre todo, para revelarme a mí lo que soy.
  • […] lo femenino, que encarna para mí lo vital, la fuerza. No es que yo crea que las mujeres son más comprensivas, pero sí creo que la mujer, por el hecho negativo de verse obligada a aceptar un papel de cuidadora de los niños, de los mayores, de los enfermos, aprende a no formular sus juicios con violencia, se fuerza a sí misma a comprender para hacer menos dolorosa la resignación. Por todo esto las encuentro superiores en su desarrollo sentimental. Y tal vez porque yo soy más intelectual que sensible –aunque me proponga lo contrario– surge la envidia y la necesidad de acercarme y comprender el mundo de la mujer.
  • Porque con el tiempo he ido aceptándome cada vez más como soy. Asumo mis ambigüedades, mis dudas e incluso las veo como algo enriquecedor.
  • Mi filosofía vital se acerca a la posición de Aldous Huxley en su «Perennial Philosophy» («La Filosofía Perenne»).
  • Al ir asomándome a los sufíes descubrí su admirable expresión poética: para mí Rumi es uno de los más altos poetas de la literatura.
  • Porque también escribo para darme, para encontrar a otros. No escribo sólo para conocerme, aunque me sirvo de la literatura para ello, sino porque lo necesito, porque no puedo remediarlo, porque me quedaría dentro de mí mismo y eso me asfixiaría. Escribo por la necesidad de conocerme y darme del todo; para que conozcan no solo la biografía oficial de ese Otro que vive en el mundo y me representa, sino el yo que más hondamente soy, ese que vive lo que escribe y en ello se va haciendo de verdad lo que es.
  • Me parece inevitable que del relato de unas vidas se desprenda una actitud y una idea frente a los hechos. […], no soy adoctrinador ni dogmático. Mi afán es comprender.
  • […] el hombre tiene una libertad profunda. Una libertad que consiste, no tanto en poder conseguir en cada momento lo que quiere, sino en perseguir en cada momento lo que él cree que es su camino, lo consiga o no, y en dar sentido a todo aquello que le sucede.
  • Para mí la tarea del hombre debe ser doble: por una parte, la persecución de una trayectoria consistente en hacerse lo que se es, y por otra, frente a lo imprevisible, adoptar una actitud digna de un ser humano. Pero no es que sean dos objetivos diferentes, pues solo haciéndose se gana dignidad, y solo dignamente tiene sentido hacerse.
  • (¿Existe entonces un proyecto total o el objetivo es buscar siempre nuevas metas?) Yo creo que son etapas de un camino. Llegar al horizonte siempre da como resultado que el horizonte se traslade. Uno se define no por un solo deseo, sino por seleccionar entre los deseos posibles aquellos que le son propios. Ser quien eres te hace desechar ciertos deseos, elegir otros y seleccionar los prioritarios.
  • Por eso es decisivo educar a las nuevas generaciones y reeducarnos nosotros hacia el futuro; bien entendido que se educa no solo en las aulas, sino en todas partes y en todo momento. Insistir en reeducarnos a nosotros mismos. Preguntarnos a diario qué cosas necesitamos realmente, por qué nos movemos. Debemos luchar contra los valores que nos imponen y hacernos nuestra propia escala de valores.

 

Descansa en paz, maestro. Y sirva tu obra como el legado de lo que fuiste y eres, una bella y buena persona que escribió para mostrarnos lo bueno que hay en el mundo y nos enseñó con su ejemplo cómo vivir.

 

Gracias, José Luis.

 

Álex

Alex Rovira

José Luís Sampedro

responsimg-empty

Hace poco más de un año nos dejó José Luís Sampedro, un ser humano excepcional, íntegro, comprometido, sabio. Aunque quise rendirle homenaje con otro post en mi blog Reflexiones, deseo también compartir rasgos sobre su vida y obra en este blog.

Nacido en Barcelona en 1917, en el seno de una familia con referentes cubanos, filipinos, argelinos y suizos, vivió su infancia e inicio de la adolescencia en Tánger, para ser movilizado después, debido a la Guerra Civil española, a Melilla, Guadalajara, Cuenca y a algunas zonas de Cataluña. En Melilla, fue funcionario de aduanas. En estos años, por otra parte, ya cultivaba la poesía y escribió su primera novela, “La estatua de Adolfo Espejo” (publicada, sin embargo, en 1994).

Siendo ya un destacado economista y habiéndose casado y sido padre de una niña, fue nombrado asesor del ministro de Comercio y, años más tarde, Catedrático de Estructura Económica por la Universidad Complutense de Madrid. Como docente, escribió obras sobre economía y ejerció de profesor visitante en las universidades británicas de Salford y Liverpool, y en la estadounidense Bryn Mawr. Compaginó esta actividad con puestos en el Banco Exterior y en el Ministerio de Hacienda. Fue elegido senador de las primeras Cortes en democracia.

Los años 80 del pasado siglo representaron para José Luís Sampedro el comienzo de una exitosa carrera literaria, con libros tan celebrados como “La sonrisa etrusca”, “Octubre, octubre” o “El amante lesbiano”. En 1990, ingresó en la Real Academia Española de la Lengua. Ese mismo año, se casaría por segunda vez.

Hombre muy lúcido y adaptado a los tiempos, fue un ejemplo de humanismo y criticó la decadencia del sistema capitalista y de valores en los países occidentales. Así, prologó en castellano el libro que inspiró el movimiento del 15M, “¡Indignaos!”, de Stéphane Hessel. Recibió numerosos premios, entre los que destaca la Orden de las Artes y las Letras de España 2011.

José Luís Sampedro dijo:

 

El tiempo no es oro; el tiempo es vida.

 

El sistema está roto y perdido, por eso tenéis futuro.

 

Somos naturaleza. Poner al dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe.

 

¿Tenemos mucho tiempo libre para vivirnos, o pedimos constantemente que nos vivan? ¡No hemos aprendido a vivir!

 

Hay una cosa que me preocupa: hasta qué punto se están destruyendo valores básicos. No hablo ya de derechos humanos, sino de la justicia, la dignidad, la libertad, que son constitutivas de la civilización.

 

Deberíamos vivir tantas veces como los árboles, que pasado un año malo echan nuevas hojas y vuelven a empezar.

 

Porque es tocando fondo, aunque sea en la amargura y la degradación, donde uno llega a saber quién es, y donde entonces empieza a pisar firme.

 

Qué importa mi boca cerrada, ¡cuando piensas con el alma te oyen!

 

La vida es un arder y el que no arde no vive.

 

Muy feliz semana,

Álex Rovira