CAMINOS Y HUMUS

Mañana de invierno, salida al campo. Un bello robledal entre prados que duermen, esperando la primavera. Hace frío, brumas bajas, el sol tímidamente asoma entre densas nubes que anuncian una lluvia que, horas más tarde, como parecía prometer, riega la tierra. Un camino se abre paso entre los árboles, alfombrado con hojas de roble que descansan, de vuelta en el suelo, en la tierra que las alimentó en su día. Ahora pasan ellas a ser alimento para las nuevas hojas que brotarán en unos meses. Humus, alimento humilde… humanidad, humildad, humor, humano… Qué interesante es la etimología, las raíces comunes de las palabras. Somos como esas hojas, pienso. Una entre miles, entre millones, entre miles de millones. ¿Quién se cree importante? ¿Quién se siente imprescindible? Ahora en la rama, ahora en el suelo. Caminos y humus, metáforas de esta vida. Estamos de paso, y mejor que la huella que dejemos sea alimento para los que vengan después, con humildad, con humor, con humanidad, para lo humano.

Om. Hum.

Besos, abrazos.

Álex