UNA VIDA CON MONTAIGNE

UNA VIDA CON MONTAIGNE

Leer a Montaigne es delicioso.

Recuerdo que la primera vez que leí sus ensayos me quedé atrapado en ellos. Desde entonces, siempre están cerca, a mano.

Más que humanista, humano. Quizás el primer ensayista, Montaigne se aproxima tanto a lo sublime como a lo banal, y lo hace en primera persona, en un diálogo franco, desnudo, consigo mismo. A veces con humor, otras con ironía, otras en manifiesta y consciente contradicción, a veces directo, a veces sinuoso, siempre humano, esencialmente humano. Pesimista, lúcido, escéptico, ameno, sorprendente, cómplice. Es sorprendente lo contemporáneos que resultan sus ensayos, pese a tener quinientos años de vida. Lo tiene todo.

Si puedes disfrutar de Montaigne, hazlo, lee sus ensayos. Y si prefieres comenzar por una introducción muy bien hecha, la lectura de esta biografía de Montaigne escrita recientemente por Sarah Bakewell te aportará una síntesis rigurosa de un ser humano honesto y lúcido que, quizás sin pretenderlo, nos da pistas sobre cómo vivir… humanamente.

Besos, abrazos,

Álex

Alex Rovira