¿EXISTEN LAS CASUALIDADES?

Bajo el aparente caos que opera en el universo, a menudo nos encontramos ante casualidades significativas que nos llevan a preguntarnos qué gobierna los hilos del azar. ¿Quién no ha pensado en un amigo, tras un largo olvido, y en aquel justo momento éste ha llamado por teléfono o se lo ha encontrado por la calle?

Además del célebre caso de la paciente de Jung ―el mayor teórico sobre el tema― y el escarabajo dorado, cuando se habla de sincronicidades a menudo se cita lo sucedido a Anthony Hopkins. Cuando, en los inicios de su carrera, obtuvo un papel para la película «La chica de Petrovka», el actor recorrió sin éxito las librerías de Londres para encontrar la novela que había inspirado el guión.

Le resultó imposible y, dándose por vencido, bajó a la estación de Leicester Square para volver a casa. Cuál no sería su sorpresa al descubrir que, en el mismo banco donde esperaba el metro, alguien había olvidado una novela: «La chica de Petrovka». Se trataba de un ejemplar manoseado con anotaciones en los márgenes.

La segunda vuelta de tuerca llegó al iniciarse el rodaje del filme. Un día se acercó George Feifer, el autor de la novela, para ver cómo ésta era trasladada a la gran pantalla. En una animada conversación con Hopkins, el escritor le pidió ver aquel ejemplar de su libro que el actor había encontrado en el metro.

Para su asombro, era la copia personal de Feifer con sus anotaciones. Se lo había prestado a un amigo a quien le habían robado el libro en el coche, entre otras cosas. ¿Qué extraños caminos habría seguido aquel volumen, uno entre los miles que se habrían impreso, para llegar hasta el actor que lo necesitaba? Imposible saberlo, pero lo cierto es que el supuesto azar obró con todo el sentido.

Eso es lo que llamamos sincronicidad, un fenómeno que guarda cierta relación con la física cuántica. Dos partículas pueden estar entrelazadas y, pese a estar alejadas a miles de años luz, lo que sucede a una se traslada inmediatamente a la otra. Del mismo modo, acontecimientos en apariencia muy distantes acaban convergiendo en el espacio y tiempo.

La lección es clara: todo está interconectado; todos lo estamos. Y lo mejor de todo es que si estamos atentos a la magia de la vida, ésta se desplegará ante nosotros con mucha más fuerza. No hay casualidades, sino causalidades de origen aún desconocido que nos dicen: «Estad atentos, porque todo lo que sucede a vuestro alrededor cuenta».

 

Álex Rovira y Francesc Miralles

Alex Rovira